Con frecuencia los padres dirigimos a nuestros hijos, los orientamos, aconsejamos, guiamos y decimos: Hijos escuchen a sus padres, no queremos ningún mal para ustedes, quienes mejor que nosotros para ofrecer a ustedes nuestros conocimientos, que son en su totalidad certeros, pero que, por un instante de nuestras vidas, nos hemos dedicado a pensar que algunas veces nuestros hijos discuten con nosotros porque no tratamos de entenderlos, no los escuchamos, los juzgamos y nos molestamos por cualesquier errado comportamiento y no tratamos de darles la razón.
Todos hemos sido jóvenes, hemos sido intranquilos o tranquilos, tremendos o quietos, inteligentes o flojos, rumberos o bohemios, playeros o de montaña, enamorados o no enamorados, etc, y, muchas cosas mas...
Hemos sido buenos hijos, otros no han sido tan buenos y finalmente, otros ni siquiera lo son, pero al final de todo esto hemos vivido, y nuevamente la versión se repite, entonces me hago una sugestiva pregunta: ¿porque no escucharlos, ya que a nosotros al igual que a ellos nos sucedió lo mismo, porque no comprenderlos y aceptarlos sin dejar de ser sus padres.
¿Si todos hemos de madurar y aprender de nuestros errores, porque entonces nos tornamos tan intransigentes?
¿Sera que estamos equivocados y nuestros hijos merecen tener también sus conocimientos?
Por: Alicia Ramos
Creo que todos los seres humanos aprendemos por nuestra propia experiencia, somo como los gatos !!!! Curiosos y deseamos siempre saber por nosotros mismo lo que es malo o bueno , pero tambien es verdad que uno como padre quiere enseñarle lo mejor a los hijos , pero los padres debemos tambien aprender de los hijos y darnos la oportunidad de aprender de las maravillas con las que venimos los hijos al mundo....
ResponderEliminarEs correcto, es un aprendizaje mutuo.
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