A ti hermanita mía y querida. Nuestra gran Gordita, mi hermosa MARÁNGELES CORAZÓN DE AMOR...


Todo lo que en tus pequeños y a la vez grandes 17 años nos diste y enseñaste, es poco para todo lo que me has hecho inspirar y ahora ofrecerte, a través de Ti podré ayudar a muchos que necesitan alegría en vez de tristeza, amor en vez de desamor, esperanza en vez de desesperanza, felicidad y sobre todo Espiritualidad, amor a Dios que nos llena de su Luz para un mejor mañana, y a sus hermosos, sublimes y amorosos Ángeles...

Tu nos enseñaste que el amor es el sentimiento mas grande, puro y fuerte que existe, con él podemos llegar al perdón y donde este él, significa que tendremos Amor... esa tu palabra Mágica!


Que travesía tan grande fue encontrarte porque no importa donde estés, la distancia no nos pudo separar, nos unió nuevamente el Amor... Estoy tan agradecida a Dios y a mis Ángeles, ha sido tan grande y benevolente al permitir nuestro encuentro y permitir a sus dulces Ángeles ser parte de nosotras. Ahora estamos Tu y Yo, aquí en este lugar, inspiradas en ayudar a lo que nos necesiten....., en ese plano maravilloso de Luz, amor y armonía, también hay conexión con los que estamos en la tierra, eres un Ángel enviado... ¡Te amo hermanita mía....., por siempre!!!


Ali.

viernes, 17 de enero de 2014

INVOCA A LOS ANGELES DESDE LA MANANA . . .

  
angeles


Entre nosotros, los humanos, y Dios, el Creador, existe un espacio tan vasto que es imposible concebirlo. Pero este espacio no está vacío, se compone de regiones habitadas por entidades espirituales. Todas las religiones han mencionado, de una u otra forma, la existencia de estas regiones y de estas entidades. La tradición cristiana, que ha retomado la tradición judía, enseña la existencia de nueve órdenes angélicas: los Ángeles (denominados en hebreo los Kerubim), los Arcángeles (los Bnei Elohim), los Principados (los Elohim), las Virtudes (los Maadim), las Potestades (los Seraphim), las Dominaciones (los Hachmalim), los Tronos (los Aralim), los Querubines (los Ophanim) y los Serafines (los Hayot haKodesch). Cada una de estas órdenes angélicas es un aspecto del poder y de la grandeza divinas, pero sobre todo representan para nosotros unas nociones más accesibles que sólo la palabra «Dios». Para nuestro buen desarrollo espiritual, debemos conocer la existencia de estas entidades, porque ellas son como faros en nuestro camino. Cuando os despertéis por la mañana, ¿por qué no empezar vuestra jornada invocando a todas estas criaturas de luz que suben y bajan entre la tierra y el trono de Dios? Toda vuestra jornada se iluminará… Conectaos con ellas, contempladlas en vuestro corazón y en vuestra alma. Y al tomar cada vez más conciencia de la realidad de estas entidades, os impregnaréis de sus virtudes, os vivificaréis, os iluminaréis y enriqueceréis


vuestro mundo interior.
Omraam Mikhaël Aïvanhov


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