A ti hermanita mía y querida. Nuestra gran Gordita, mi hermosa MARÁNGELES CORAZÓN DE AMOR...


Todo lo que en tus pequeños y a la vez grandes 17 años nos diste y enseñaste, es poco para todo lo que me has hecho inspirar y ahora ofrecerte, a través de Ti podré ayudar a muchos que necesitan alegría en vez de tristeza, amor en vez de desamor, esperanza en vez de desesperanza, felicidad y sobre todo Espiritualidad, amor a Dios que nos llena de su Luz para un mejor mañana, y a sus hermosos, sublimes y amorosos Ángeles...

Tu nos enseñaste que el amor es el sentimiento mas grande, puro y fuerte que existe, con él podemos llegar al perdón y donde este él, significa que tendremos Amor... esa tu palabra Mágica!


Que travesía tan grande fue encontrarte porque no importa donde estés, la distancia no nos pudo separar, nos unió nuevamente el Amor... Estoy tan agradecida a Dios y a mis Ángeles, ha sido tan grande y benevolente al permitir nuestro encuentro y permitir a sus dulces Ángeles ser parte de nosotras. Ahora estamos Tu y Yo, aquí en este lugar, inspiradas en ayudar a lo que nos necesiten....., en ese plano maravilloso de Luz, amor y armonía, también hay conexión con los que estamos en la tierra, eres un Ángel enviado... ¡Te amo hermanita mía....., por siempre!!!


Ali.

lunes, 27 de agosto de 2012

Tal vez porque...
Tal vez porque sentí una y mil veces en mi,
la debilidad humana, que me hizo morder el polvo,
entonces es que me siento cercano y comprensivo
de las miserias de los otros.
 
Tal vez porque puedo experimentar el cariño de mucha gente,
entonces puedo saber que el amor de Dios es grande,
pues se encarna a través de esas pequeñas muestras.
 
Tal vez porque muchas veces me sentí perdonado,
entonces pude abrir mi corazón para saber perdonar
a todos los que me hirieron.
 
Tal vez porque desperdicié mucho tiempo,
en cosas intrascendentes, entonces ahora,
me pesa cada minuto que pierdo,
y valoro cada instante de esta vida
que Dios me ha concedido.
 
Tal vez porque vi a mi querida Patria,
sufriendo los desatinos de sus autoridades,
entonces comprendí que debo pensar
en mis deberes cívicos.
 
Tal vez porque en mi hogar, nunca sobró
ningún bien material, entonces ahora sé
el esfuerzo que cuesta conseguirlos.

Tal vez porque vi la santidad y el heroísmo oculto
de muchas personas, que se jugaron por lo que creían,
entonces conocí el valor de los ejemplos,
que dicen más que mil palabras.
 
Tal vez porque, lo que leí sobre la historia del hombre,
me enseñó de sus grandezas y de sus miserias,
entonces comprendí que dentro de nosotros,
somos capaces de la ruindad o la magnanimidad.
 
Tal vez porque observé muchas obras inconclusas,
con su carga de fracasos y frustraciones,
intuí que la constancia, es el sostén
de toda obra perdurable.

Autor: Flor Miriam
El Poder de una Oraciòn

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