Al dejarnos llevar por la urgencia o por la expectativa, casi siempre reaccionamos con
brusquedad y hasta con violencia, entorpeciendo aún más la solución de nuestra propia
situación. El camino correcto en el medio de ese pequeño caos era tener la paciencia
para averiguar con calma cuáles eran las reglas, de manera que, al seguirlas, pudiéramos
facilitar el proceso, para así beneficiarnos todos.
Siempre habrá momentos donde las situaciones no se presenten como esperamos,
podemos aprender a ser pacientes. Tener paciencia implica darnos el espacio y el tiempo
con la calma suficiente para analizar una situación, de manera que podamos aceptarla o
darle solución.¿Cuántas veces es tu hijo pequeño el que te hace perder la paciencia con su
comportamiento? Tenemos que aprender a respirar suave y profundamente antes de dejarnos
llevar por la rabia, para no reaccionar agresivamente. La paciencia es una de las virtudes más
necesarias de incorporar a nuestra vida cotidiana.
Ser paciente no significa aguantar todo lo que te hacen los demás, tampoco consiste en
permitirles a otros que abusen de ti o irrespeten tus derechos. Por el contrario, ser paciente
implica colocarte en el lugar de la otra persona para comprender un poco sus actitudes o su
comportamiento, también implica manejar tus emociones para evitar el responder
exageradamente a algunas situaciones o circunstancias de tu vida.
Ser pacientes nos da la oportunidad de servir como un elemento conciliador muchas veces,
tomando en cuenta no sólo nuestras necesidades personales sino las de los demás.
Ser pacientes nos da la posibilidad de mantener el equilibrio personal con más facilidad,
recordando que todo pasa y que al mismo tiempo todo representa una oportunidad de aprender
algo nuevo o de poner en práctica algo que ya sabemos. Además, si no puedes hacer que cambie
una situación, más vale que la aceptes con paciencia para que no te afecte tan profundamente y
así puedas obtener con calma e inteligencia el mejor beneficio.
La paciencia es una de las herramientas indispensables para disfrutar de una buena relación.
Aceptar y respetar las diferencias personales nos permitirá ser más pacientes y tolerantes cuando
los demás actúen o se comporten de una manera diferente a como esperábamos que lo hicieran.
Cuando te dejas llevar por la impaciencia, la mayoría de las veces terminas teniendo una actitud
intolerante y agresiva,hiriendo con tus palabras, comentarios y actitud hasta a las personas que más
amas. Aprende a manejar el caballo desbocado de tus emociones negativas y conviértete en una
persona más comprensiva, tolerante y paciente con quien otros puedan compartir.
Claves para recuperar la paciencia
Cuenta hasta 100 si fuese necesario
Es muy importante que mantengas la calma, para que puedas evitar tu reacción negativa.
Tómate el tiempo necesario para serenar tus emociones y recuperar la claridad mental que te
permita actuar de la mejor manera.
Colócate en el lugar del otro. Recuerda que no todas las personas podrán actuar o comportarse
como tú lo harías. Por eso aceptar sus diferencias y fijar tu atención en sus cualidades te ayudara a
mejorar tus relaciones de trabajo, de estudio y de amistad. Analiza la situación y encuentra el lado
positivo.
Pensamientos como: podía haber sido peor, no todo el mundo piensa igual que yo, bueno todavía
tiene solución, vamos a resolverlo con calma... son algunos de los que te ayudan a serenar tus
emociones y a tener una visión más positiva.
Sé paciente con tus niños
Muchas veces esperas tanto de ellos que se te olvida considerar sus limitaciones y su corta edad.
Actúa calmado y con amor, especialmente cuando cometan un error. Reconocer y aceptar sus
limitaciones te permitirá ayudarlos eficazmente para que puedan superarlas y al mismo tiempo
tu respeto y cariño los hará sentir queridos y seguros de poder superarlas.
Autor: Maytte
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